Principales escuelas

A pesar de la universalidad de la musica del siglo XVI, pueden distinguirse varias escuelas con características peculiares: la romana, la veneciana, la española y la flamenca.

- La escuela romana.
Sus principales características son la austeridad, la claridad y el equilibrio. Prescinde de todo lo superfluo y sigue de cerca las huellas del canto gregoriano.
Dentro de esta escuela destacan las figuras de Constanzo Festa, Jacob Arcadalet, Ingegneri, F. Anerio y Luca Marenzio.

Pero la figura cumbre es Palestrina. Su arte resume todo el siglo que le precede y engloba todas las técnicas de la escritura polifónica. Sus misas son lo más significativo de su obra, donde más claramente se revela el contrapunto que lo caracteriza. Las misas de Palestrina están regidas por una actitud conservadora; casi la mitad de ellas recurre a la técnica del cantus firmus, expresión de origen latino que designa las melodías litúrgicas gregorianas; a partir del siglo XIII, se utulizó como sinónimo de vox principalis -"voz principal"-, que es la que corresponde a la del tenor y que se extrae del repertorio gregoriano o profano como base para generar una composición contrapuntística. Dicho repertorio fue parcialmente abandonado en provecho de la misa-parodia. Esta tiene como base una obra polifónica, canción o motete, que el compositor extrae de su propio repertorio o del de sus contemporáneos o predecesores y que reestructura o recrea al servicio de una nueva polifonía.

Músico de la basílica de san Pedro de Roma, respetado por los más importantes príncipes de la Iglesia, Palestrina ilustró con su arte las nuevas exigencias del concilio de Trento, que censuró la complejidad de la escritura musical porque perjudicaba la inteligibilidad del texto. Sin renunciar al juego del contrapunto, Palestrina resolvió este problema concibiendo la música de las diferentes partes de la misa en función del texto:

  • En el kyrie, siguió utlizando la imitación en las distinatas voces.
  • En el gloria, recurrió a la homofonía. que aporta sensación de alegría.
  • Al credo, le confirió un aspecto austero debido a su silabismo declamatorio.
  • En el benedictus, empleó solamente voces agudas.
En cuanto a la armonía de sus obras, cabe destacar los siguientes aspectos:

  • Predomina la tríada perfecta con la fundamental en el bajo, aunque también utliza acordes de sexta.
  • Evita por todos los medios el cromatismo, si bien emplea prudentemente las disonancias preparadas y las resuelve por grados descendentes.
  • Utiliza las tríadas también sobre los grados II, III y VI, lo cual confiere a sus obras cierta modalidad eclesiástica, aunque hay cadencias en grados fundamentales en pasajes de importancia estructural.
  • En las cadencias, el bajo suele moverse de la dominante a la tónica por cuartas o quintas.


Escuela veneciana. Willaert y los Gabrieli.

La escuela romana significó la perfección de las formas anteriores, más que una innovación propiamente dicha; la escuela veneciana, por el contrario, presenta dos características singulares:  1)  Combinó dobles o triples coros: policoralidad.
2        2)  Aumentó considerablemente el número de voces y utilizó, en ocasiones, instrumentos para reforzar el colorido musical.

Representantes de esta escuela fueron su promotor, Willaert, y algunos de sus sucesores, el flamenco Cipriano de Rore y el italiano Zarlino, célebre teórico que destaca por sus estudios acústicos sobre los intervalos de las escalas. Pero fueron los GabrieliAndrea (1520 – 1586) y su sobrino Giovanni (1557 – 1612), quienes llevaron la escuela veneciana a su apogeo y máximo colorido tímbrico (parejo al colorismo pictórico de Tiziano y Veronés). Cabe resaltar que Giovanni Gabrieli inició el empleo de instrumentos en los conjuntos vocales.


La escuela flamenca.
La escuela flamenca continuó en el siglo XVI con el mismo esplendor con el que brilló durante el siglo XV. Durante la primera mitad de siglo, fue Josquin des Prés quien eclipsó a casi todos sus coetáneos; en la segunda mitad, Orlando di Lasso (1532 – 1594) representó a la madurez de la escuela flamenca. Lasso viajó por casi todos los países de Europa y, gracias a su carácter inquieto y cosmopolita, supo sintetizar el estilo de la escuela flamenca con el de la escuela polifónica italiana.

Entre las aproximadamente 2000 obras que compuso, ocupa un lugar importante la producción religiosa, que consta de las 52 misas, 780 motetes y 429 canciones religiosas en latín y alemán.


- La escuela española.
El siglo XVI es también es el Siglo de Oro de la música española. Son muy pocas las composiciones polifónicas que se imprimieron en España durante dicho siglo (numerosos compositores debieron imprimir sus obras fuera de nuestras fronteras). Muchas piezas polifónicas de la época se han perdido o están aún por descubrir.

Los rasgos que distinguen a esta escuela son la profundidad y el misticismo o expresionismo dramático. Los tres grandes músicos del siglo son Cristóbal de Morales (1500 - 1553), Francisco Guerrero (1528 - 1599) y Tomás Luis de Victoria (1548 - 1611).

Francisco Guerrero nació y murió en Sevilla (1528 - 1599). Fue discípulo de su hermano Pedro Guerrero y de Cristóbal de Morales. En 1546, fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Jaén y más tarde, en 1554 y 1555, ejerció el mismo cargo en Málaga y Sevilla, respectivamente. Su obra se caracteriza por una gran perfección técnica. Algunos títulos importantes de su producción musical, además de sus misas y motetes, son Sacrae cantoniones (1555), Magnificat (1563) y Cacniones y villanescas espirituales (1589). En 1588, Guerrero realizó un viaje a Tierra Santa, cuyos recuerdos reflejó en El viaje a Jerusalén que hizo Francisco Guerrero (1590).


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